una copita de esteroides a la salud de todos.

Para la alergia de paco nos dieron esteroides.
Primero le dieron una inyección y después unas pastillitas. Nosotros, que en general no le creemos ni a los médicos ni a los veterinarios, le bajamos la dosis de esteroides (había que darle dos al día por tres días, y le dimos 2 el primer día y uno los dos días siguientes). Nuestra desobediencia nace de la desconfianza de las dosis, y la facilidad con que se recetan medicamentos tan terribles como la cortisona o los esteroides, y una larga lista de venenos.

La historieta del veterinario fue el lunes. Hoy es jueves.

Ayer por la tarde, paco estaba tirado en el suelo durmiendo y cuando se levantó había pis debajo suyo. No prestamos demasiada atención (aunque si nos extrañó). Ayer por la noche, otra vez lo mismo. Lo empezamos a mirar con odio. Hoy estaba bastante bien, y nada. Su gran brote alérgico desapareció. Las chicas en la guarde, nos había invitado a comer a su casa Linda. Cuando volvimos de su casa nos encontramos con Paco de pie en el césped temblando, con las patas medio dobladitas y chorreando pis. Dios mío.

Douglas lo llevó a la veterinaria, y al rato estaba de vuelta con paco. Diagnóstico tentativo: reacción a los esteroides.

Me cagué en la alergia y los esteroides de mierda. Y mi pobre perro que lo pasó mal. Ahora está igual de conejil que siempre, pero parece que el incremento en la producción de orina hizo que se estriñera (?) y el tembleque y lo de las patas traseras era porque necesitaba "hacer kk" y luego, lo del pis, que se pasará cuando deje los esteroides, que nos dijo que mantengamos como lo estamos haciendo (la mitad de lo recetado originalmente) pero nosotros le bajamos la dosis por decreto (no se puede retirar radicalmente, sino que tiene que ser algo paulatino) a otro 50%.

Me sentí como esos que dicen... ¨fue por una uña rota y terminó con una pierna amputada...¨

Miro a paco todo el tiempo. Debe pensar que estoy loca. Lo miro como se mueve, como me mira. Con solo verlo por la ventana hoy, cuando llegamos, supe que estaba mal (como se llega a conocer el lenguaje corporal de un perro, me alucina). Y lo tengo ahora enroscado a mis pies, y de vez en cuando me lame los tobillos, y se tira patas arriba esperando una rascadita.