Paco es parte de mi familia.
MIs perros son parte de mi familia, pero no los equiparo ni mucho menos con mis hijas.

Hoy, después de contar lo de los esteroides, me acordé que hoy es 27 de septiembre, que es cuando le hacían las pruebas a Belén para saber cuan efectivo fue el trasplante (cuanta médula es suya y cuanta de borja, todo esto es más técnico, pero aunque presté atención cuando Ignacio me lo explicó y entendí perfectamente, creo que se me patinaron un par de términos médicos).

Y no sólo eso, sino que al rato, leo el post de santiago, y a gema le harán una mastectomía el 8 de octubre.

Y me sentí fatal por preocuparme por mi perro, cuando Ignacio no está preocupado por una mascota, sino por su hija, y Gema y Santi, darían cualquier cosa por estar preocupados por su perro, y no por Gema.

Lo último que yo quiero es sonar trivial.
O que alguno de los dos, con razón, piensen ¨pero esta tía idiota anda preocupada por un perro puto¨.
Y lo entendería.

Si pudiera hacer algo, lo haría. Si pudiera cambiar algo, o imaginar algo que nadie imaginó, lo haría. Porque quiero que Belén esté tan fantástica como está ahora, y quiero que Gema se recupere prontísimo, y todo este terrible momento pase cuanto antes y sea solo una espantosa pesadilla para las dos familias.

Y por supuesto quiero que mi perro esté bien, pero en el mundo de las prioridades, el pobre paco queda último.