Esta es su última carta y se la publicaron. Y yo estoy orgullosa.
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Leo las cartas al lector a diario, y rara vez leo cartas expresando indignación por la guerra en Irak. Una guerra donde mueren más y más civiles iraquíes cada día. Una guerra en donde los crímenes de guerra son moneda corriente.Desde el año 2003 las Naciones Unidas estiman (conservadoramente) que han muerto alrededor de 600.000 hombres, mujeres y niños iraquíes como resultado directo de la invasión ilegal del territorio Iraquí. Muchos más son los heridos que yacen en hospitales con medicinas escasas o inexistentes.
En las noticias vemos como se lleva la cuenta de los soldados americanos heridos o muertos por bombardeos o ataques de los “insurrectos”. Lo que no vemos es el horror de los padres con sus hijos muertos en brazos. El horror de las madres sujetando a sus hijos gritando de dolor porque no hay anestesia. Esto es lo que está viviendo el pueblo iraquí a diario, como resultado de una invasión ilegal a un país soberano, con ninguna conexión con Al Qaeda y sin armas de destrucción masiva.
Darrell Anderson (ex soldado del ejercito de los Estados Unidos destinado a Irak) nos cuenta como las tropas americanas tienen orden de disparar a matar “a todos los que se encuentren en el área” en caso de emboscada o ataque, no importa si son grupos de civiles en la calle.
El Pentágono ha admitido que arrasó, por ejemplo, con una casa habitada por una familia (todos civiles) y todos los habitantes fueron asesinados por las tropas americanas, porque la casa estaba “cerca” del lugar donde explotó una bomba al costado del camino. Esta acción y otras del mismo calibre se suceden en Irak día tras día.
No lo ignore. No se tape más los ojos. Por un segundo, póngase en el lugar de los iraquíes e imagínese, como civil, teniendo un ejercito invasor en su ciudad y bombardeando sus casas, escuelas, calles. Imagine el terror de las familias, viendo como sus hombres son torturados, humillados y asesinados por “las fuerzas liberadoras” en la misma prisión que el dictador anterior usaba para ese mismo propósito. Imagine el odio e ira que sentiría usted contra esas “fuerzas de liberación”.
El Reverendo Martin Luther King dijo una vez "Hay un momento en el que el silencio se convierte en traición”
Los errores cometidos en la guerra de Vietnam se vuelven a repetir, y nadie quiere escuchar hablar de ello.
Proteste contra el gobierno de Estados Unidos en vez de aceptar pasivamente sus actos.
Proteste contra el gobierno de Australia que apoya la barbarie cometida.
Niéguese a apoyar un gobierno que las Naciones Unidas calcula ha provocado la muerte de 500.000 niños en Irak, desde 1991.
Exija al gobierno australiano el retiro de tropas y apoye, en cambio, a las Naciones Unidas en el proceso de reconstrucción del país.
Basta ya. Paremos el terror.
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