El viernes hubo una feria en el cole de Anna. Por la tarde fuimos. Shay me pasó a buscar, Tiff estaba ahí, Amanda se fue a la playa.
Había un par de ¨jumping castles¨, un tobogán gigante (alfombra mágica), calesita, y avioncitos. Dos juegos más que las chicas tenían que ir acompañadas por un mayor (con nula tendencia al vómito).
Lo pasaron como indias. Olivia debe haberse tirado por el tobogán gigante no menos de 20 veces con la bolsa de arpillera en mano, subía la escalera sin miedo alguno. Yo el 99% de las veces cerraba los ojos.
El sábado por la mañana recibí un mensaje de Anne contándome que Jerónimo, su sobrino de 18 años, fue atropellado por una camioneta y falleció. Me quedé de piedra. No solo por ellos, toda la familia, no solo porque los quiero, no por él, de sólo 18 años, sino creo que lo que más me mató fue que él es hijo y los hijos no se pueden morir.
Si tu hijo se va a buscar una película al vídeo que está a tres manzanas de tu casa, no puede ser que lo atropelle un coche y lo mate. Está mal, está terriblemente mal.
Finalmente hoy por la mañana logré hablar con los padres de Anne y con Laura, la hermana. A Anne no la pude enganchar con el celular, creo que debo estar marcando mal el número, seguro que hay un 2 que tengo que marcar o que no tengo que marcar. Tengo que averiguar.
Después de la noticia, el bajón, me fui a ver a las chicas que estaban en casa de mi suegra. Necesitaba verlas. Y llamé por teléfono a Shay, y aprovechando que Evan volvió, organizamos fish and chips en la playa para el domingo. A vivir la vida que son dos días (y uno nublado).
Evan pasó a buscar a las chicas (se fueron con el en la caminoneta) y Shay y Peter con los chicos nos encontraban en la playa. Para suerte nuestra (desgracia del planeta) tuvimos el domingo la temperatura más alta de la historia para un mes de agosto. 34 grados. No podía ser mejor.
Los chicos se metieron en el agua, nadaron, comimos pescado y papas fritas, tomamos cerveza, cañas de pescar para los muchachos y Shay y yo arreamos con los chicos en caminatas por la playa recogiendo caracoles y conchillas, mirando maravillosas anémonas y viendo como los chicos se metían en piscinas en la arena, que les llegaban a la cintura.



Volvimos a casa sobre las 6 de la tarde, sanos y salvos, y después de unas duchas y arroz con pollo al curry y leche de coco (minuta!) las chicas se quedaron fritas. Pusimos una pelicula que miré por 3 o 5 minutos, pero a las 9.15 estaba metida en la cama frita.
1 comentario:
Al leer lo que pusiste a mi también se me heló la sangre. Siempre la escuché a mi vieja que me decía cuando ella ve nuestra sangre se queda paralizada y yo le decía que era una exagerada... ahora que la tengo a Caro, las palabras de mi mamá me explotan en la cabeza, ya se lo que siente ella por nosotros.
Este finde nos vamos a Roma con mi rubia debilidad, a Caro la dejamos en la casa de Omi y Opi, esperamos pasarla bien... pero de seguro con la mente acá en Basel.
Te mando un saludo grande y abrazo de oso desde acá.
Sergio:.
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